miércoles, 25 de julio de 2012

Ayahuasca

  Desde que comenzó la ceremonia perdí completamente la noción del tiempo. Mientras Don Jorge cantaba o silbaba unas melodías, agitando su ramo, me empece a sentir mareado. Creo que a la media hora tuve le primer vomito. Un rato después, las percepciones comenzaron a alterarse. Abrí los ojos y, al tiempo que prácticamente no sentía mi cuerpo, tenia la sensación de que no había ningún piso (mi cuarto era una especie de bungalow sobre una brazo del Yanayacu, es decir, estaba sobre el río). Luego el piso volvió a aparecer, pero lleno de puntitos y lineas que titilaban, con un aspecto parecido a escamas. Eran tonos grisaseos y azulados. Volví a cerrar lo ojos. Al rato, comenzarían las verdaderas visiones. 
  A lo largo de todo lo que me iba pasando, Don Jorge continuaba con sus cantos y encendía su pipa, nos echaba su humo y nos daba a fumar.
  Como debido a la posición me empezó a doler la espalda, busque apoyarme en el borde de la cama, con las rodillas dobladas hacia arriba, las abrace y apoye mi cabeza sobre ellas. Los sonidos de la selva fueron aumentando su volumen, al punto que casi llegaban a aturdir. El malestar general llega puntos tales que me empece a replantear el porque me había metido en eso. Rápidamente, elimine ese pensamiento. Aun con los ojos cerrados, comenzaron a aparecer una gran cantidad de figuras geométricas de todos colores. Lo curioso es que las veía aparecer, o eso sentía, solo del lado izquierdo, mientras que el derecho se mantenía oscuro. Todas las figuras que aparecían, eran absorbidas por ese lado derecho.
  De vez en cuando intentaba moverme. Todas las sensaciones eran muy extrañas, los movimientos eran extremadamente lentos, o al menos eso sentía yo. En la posición en que estaba abrí los ojos dentro de esa capsula en que me encontraba. Los pies los veía largos, muy largos. El espacio se iba haciendo un chicle, se deformaba completamente. Luego me fui haciendo chiquitito, cada vez mas, hasta transformarme en un punto ínfimo que se sumergió en la selva que me encontraba viendo en ese momento. Una célula que se hacia parte de algún árbol extraño. Ahora veía arboles y flores de infinitos colores y formas. Todo se iba moviendo y girando al son de mi mareo. Las flores y las ramas se convertían en peces, los que luego se transformaban en aves. Habia una armonia y paz indescriptible en todo lo que veia, acompañado con los sonidos de la selva nocturna.
  Mi cansancio y malestar eran tal que opte por acostarme en mi cama. Prácticamente arrastrándome me recosté, boca abajo. Instantáneamente perdí la noción del cuerpo a medida que me iba sumergiendo en el colchón. Luego de haberme movido, el mareo se potencio aun mas, y acabe vomitando de nuevo. Dentro de mi mundo de colores, cuando vomitaba el balde era un agujero negro, con un fondo que se asemejaba a una alcantarilla. Casi seguro que esto lo veía con los ojos cerrados. El vomito, también negro y del penetrante olor a ayahuasca, hacia salir del cucarachas y gusanos. En el fondo, extrañamente, también veía algunos pecesitos nadando. Una vez que acabe de vomitar, volví a acostarme boca abajo.
  Las imágenes se multiplicaron, infinidad de ellas comenzaron a aparecer, y se iban transformando. No puedo recordar todas, describo las que mas se me grabaron. Todo seguía transcurriendo en una selva completamente psicodélica. Cada tanto veía aparecer una casa, de las que se usan en la selva amazónica, con gente sentada en la puerta. Cuando me quería acercar a ella, toda la imagen comenzaba a alejarse hasta desaparecer y ser un punto mas en medio de la selva. También recuerdo que me vi arriba de un bote, acompañado de gente que no conocía. El bote se movía de lado a lado de tal forma que tuve que abrir los ojos. El mareo era insoportable. Con los ojos abiertos logre que se me pase un poco. Don Jorge ya no cantaba, no silbaba, ni fumaba su pipa, simplemente estaba recostado en el piso, con los brazos cruzados, viajando por su propio mundo. Volví a cerrar los ojos. Instantáneamente la selva psicodélica volvió a aparecer. Me vi remando entre la selva. En algún momento, toda la imagen se dio vuelta y quede cabeza abajo.
  No recuerdo mas imágenes, pero la selva y los colores, junto a los interminables sonidos nocturnos de la selva, estuvieron durante mucho tiempo. Mi ultimo recuerdo es Don Jorge tirándome nuevamente el humo de su pipa en mi cabeza, manos y pies. Luego se paro en medio de la habitación, y dio algo así como una oración, invocando a los espíritus de la selva para que nos protejan esa noche.

  Esto es lo que escribí al día siguiente. No se asoma ni un poco a lo que fue la experiencia, pero quería compartirlo, al menos creo que da una idea de lo que es. Busque algunas imágenes por Internet, y encontré algunas que pueden asemejarse un poco a lo que yo viví. Pero lógicamente, nunca va a ser lo mismo, ya que cada cual lo vive a su manera, y la Ayahuasca le muestra a cada persona cosas distintas.



2 comentarios:

  1. El libro descansa en mis rodillas, ese punto indescifrable se volvió mucho mas interesante, aunque no se porque. Esa intriga por lo desconocido, por lo lejano.

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  2. https://www.youtube.com/watch?v=rRxccy-zcJ8&spfreload=10

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