viernes, 24 de febrero de 2017

Cartas: N° 2

Querida amiga;

Esta mañana mientras caminaba hacia el tren no podía dejar de pensar en la carta del otro día, como si algo de mi hubiese partido junto a ella, permaneciendo en el ambiente tan solo el cálido olor de la vela recién consumida.

Algo de nosotros se queda en cada rincón visitado, en cada experiencia vivida, en cada persona amada y cada persona perdida. Pero nosotros no somos la suma de todas esas partes desparramadas sino justamente lo contrario, es la dispersión acaso azarosa de nuestro ser a lo largo de nuestra vida la que nos constituye en lo que somos hoy. Esos pedacitos nuestros que van desprendiéndose para seguir su propio rumbo sin saberlo, sin quererlo, nos permiten ser nosotros. ¿Sentiste que una parte tuya se quedó en una montaña tal vez, en un viaje o en una larga noche con amigos? A veces podemos llegar a reconocer el lugar y el instante en que ese desprendimiento se produce sin poder hacer nada al respecto, son fuerzas más fuertes que nosotros. La mayoría de las veces, en cambio, no somos conscientes de ello, se producen a nuestras espaldas y en sigilo, y solo notamos que una parte nuestra quedo vagando por ahí cuando algo se despierta repentinamente ante un inocente estimulo: una foto, un olor, una canción, un nombre.


Es lindo salir al encuentro de aquellos que somos conscientes, damos con algo nuestro que andaba perdido y una energía nueva nos invade, un soplido de vitalidad. ¿Nunca lo intentaste? Proba, es una sensación hermosa. Pero también es cierto que no siempre lo que emerja de ese encuentro nos resulte agradable, al menos no en ese exacto momento. Puede ocurrir que esa energía restituida repentinamente sea de una magnitud tal que no la podamos dominar y lo que ella carga nos domina a nosotros. Por unos segundos nos desestabiliza, nos sacuden sensaciones y sentimientos dormidos, olvidados y despertados de su letargo, como ese mail tuyo que leí en el tren. Todo espíritu y energía más poderosa se vuelve con el correr del tiempo. Aun así vale la pena el ejercicio, con la óptica del tiempo todos los hechos adquieren otro cariz.

3 comentarios:

  1. Algo de nosotros se queda en cada rincón visitado, en cada experiencia vivida, en cada persona amada y cada persona perdida.
    ¡¿es la dispersión acaso azarosa de nuestro ser a lo largo de nuestra vida la que nos constituye en lo que somos hoy.?!
    A veces podemos llegar a reconocer el lugar y el instante en que ese desprendimiento se produce sin poder hacer nada al respecto, son fuerzas más fuertes que nosotros.
    ante un inocente estimulo: una foto, un olor, una canción,
    ...ante un inocente estimulo: una foto, un olor, una canción, un poeta.

    Jajaja Gratitud a ud. Cada asunto de tu formalidad engalana a todo tu ser. Será eso esconde la literariedad, la magia de sentirme identificada en cada espacio en cada letra y linea-
    Si tan solo pudiera expresarte sin ncesidad de palabras un sentimiento infinito tal vez, todo esto estaría de mas-

    lucesmati, luces.

    ResponderEliminar
  2. como dice serrat: " uno se cree que los matò el tiempo y la ausencia, pero su tren pidió boleta de ida y vuelta....son aquellas pequeñas cosas....."

    ResponderEliminar
  3. si tengo mucho que hacer
    volver a casa temprano
    cuando la tarde empieza a caer.
    Y que la lluvia me moje
    y secarme con el sol
    llevar mi mente muy lejos
    donde nadie estuvo.

    Me gusta estar abrazado
    a mi mujer que es mi dios
    que quema como como el fuego
    que arde alla en el medio del sol

    Me gusta tener tu risa
    y tu mirada tambien
    si los demas tienen prisa
    dejemos todo y a empezar otra vez.

    Donde vamos
    corazon donde vamos, corazon de cristal
    donde vamos
    corazon de cristal.

    ResponderEliminar