lunes, 24 de diciembre de 2012

Historias minimas

  Viernes 19, 9 AM. Ultimo día a la facu para rendir algo en el 2012. Rendir... mas que rendir era exponer un trabajo final, muy tranquilo. Eramos 8, yo figuraba ultimo en la lista. A eso de las 12 llega mi turno. Sabia perfectamente bien que tenia que decir, era explicar brevemente mi trabajo, en que me base, que tema elegi, porque el titulo, etc. En cuanto puse los ojos en la primer pagina para arrancar, vivi uno de los deja vu mas grosos que tuve en mi vida... Miraba las hojas y pensaba en el deja vu. Nada mas. Levante la mirada y vi a todos esperando a que arranque... y el deja vu continuaba  Las ideas de lo que iba a decir se me borraron completamente. Mi cabeza era una enorme nebulosa. Esteeeeeee para mi monografia quise profundizar un poco en la cuestión del dadaismo... eeeeeeee..... en como es que se produce la destrucción del objeto.... eeeeee deja vu. Me habia sacado todas las ideas, solo pensaba en que estaba viviendo algo que ya vivi en algun momento, de algun modo. Parti de una tesis doctoral que encontré por internet... eeeeee.... sobre el pensamiento de Trsitan Tzara.... mmm.... donde se puede leer la importancia de la filosofía  y de Nietzsche en particular, para los dadaistas... Nubes... ideas entrecortadas. El deja vu me dejo completamente en offside.
  Después pude agarrar el hilo de lo que tenia que decir y paso el momento. Pero fue una sensación muy extraña, ese momento en que uno se da cuenta que la imagen que tiene ante si ya la vio, en ese mismo contexto, exactamente igual.

  Hace unos tres días caminaba con mi novia por una de las peatonales salteñas. No me acuerdo que andabamos buscando, pero tampoco importa. Lo que si importa es que en determinado momento pasamos frente a una jugueteria que tenia en vidriera variedades de helicópteros a control remoto. Los dos nos plantamos de frente a analizar los bichos voladores, precios y modelos. Se nos caía la baba. Queriamos que nos regalen uno de esos. Queríamos ser niños felices con juguete nuevo y todo el tiempo del mundo, dedicado solamente para jugar. Para jugar y ser niños. Siempre simule con mis manos el vuelo de mis naves en mis aventuras en planetas imaginarios. Algun avion de juguete que atravesaba el cielo de mi cuarto en batalla contra alguna fiera indomable, con la ayuda terrestre de algún playmovil, o un G.I Joe, tal vez. Pero tener un juguete que realmente levante vuelo, nunca me había pasado.
  Cuando los nuemeros con el signo $ sobre la caja nos dieron un par de cachetazos de realidad, nuestras cabezas volvieron al asunto que nos llevaba hasta ahí y seguimos nuestro rumbo.
  Tres días después, viajo a Bs As, a visitar a la flia. Llego a mi casa, entro, y veo sobre el piano la caja de uno de los helicópteros a control que había visto en la vidriera en Salta. Regalo de amigo invisible para mi hermano. Tome el control, encendí los motores, y a volar.

5 comentarios:

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  3. CHE mATI, QUE LINDO PASAR DE NUEVO POR AQUI VER ALGO DE UN TIEMPO ATRAS. SABES, ESTA COPADO RECORRER TU BLOG, NOSE SI LO NOTASTE. PERO CREO QUE RESPIRO Y ME CUELGO. JAJA

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    1. No lo habia notado... respiro y me cuelgo... como el blog que figura aqui a la derecha en Comunidad blogguera??

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