martes, 18 de diciembre de 2012

Andronic y la serpiente

  Ayer arranque, después de no se cuanto tiempo, una novela. Por motivos de facultad y de excesivas lecturas, hacia tiempo que no me daba el tiempo para esas lecturas relajadas y placenteras. Es decir, de otro tipo de relajo y de otro tipo de placer, no el de las lecturas académicas, por decirlo de algún modo. Andronic y la serpiente, de Mircea Eliade. El descubrimiento de este filosofo e historiador de las religiones este año creo que va a marcar mi vida para siempre. Este año leí El mito del eterno retorno y Lo Sagrado y lo Profano, dos libros que me volaron la cabeza. Ayer empece a experimentar su faceta de novelista y es igual de genial. No abandona nunca el trasfondo simbólico  metafórico  fantástico .. es como sus teorías pero aplicadas a una novela, con las libertades que ello conlleva, ya que no esta haciendo un escrito académico.
  Mezcla de realidad y fantasía  sin marcar nunca el limite de cuando es una cosa y cuando la otra. La lectura te va llevando de una cosa a la otra con una sutileza exquisita, relatando cosas por demás simples pero que te mantiene sin poder largar el libro. Cosas cotidianas, pero que se puede vislumbrar que en el fondo hay algo mas, que se viene algo mas, que hay mucho mas de todo lo que se esta diciendo.
  Andronic, este extraño personaje que aparece en medio de la ruta camino al monasterio, hace ubicar a todos contra las paredes en completo silencio ya que una serpiente se encuentra cerca. Dice que la puede dominar y expulsar. En medio de una especie de encantamiento, todos obedecen. El, en medio del salón  empieza a recitar unas palabras, algo así como un conjuro  con el cual atrae a la serpiente y le ordena que no muerda a nadie y que se valla... Todos los comensales que habían organizado la ida al monasterio, con el fin de que el Capitán Manuila se comprometa con Dorina, a lo largo de todo el ritual de Andronic son sumidos en una especie de somnolencia desde la que ven todo lo que acontece como desde un sueño.Yo también comencé a cabecear, a medida que mis ojos intentaban cerrarse y buscar reposo. Asi, en medio de todo ese contexto somnoliento y fantástico que se iba levantando frente a mi, yo me senti un protagonista mas de la novela, que había sido alanzado por los encantos de Andronic.
  La serpiente que aparecía, los ojos que pesan, Manuila que desconfía de Andronic, las mujeres maravilladas por este extraño joven, el señor y la señora Solomon como petrificados contra el muro, una pagina mas y termino el capitulo, no lo puedo cortar acá .. no ahora, Andronic hablando con la serpiente, la serpiente relacionada con una muerte pasada en el monasterio, la luz de la luna llena iluminando el centro de la escena, mis ojos cerrados que vuelvo a abrir y buscan retomar la idea, solo unos párrafos y termino, el capitán medio dormido que empieza a ver todo con admiración, el joven Vladimir, la serpiente que obedece,  Liza y el retorno a la primer pagina en la que aparece evocada la escena... el punto final, y caigo profundamente dormido.

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