Entré caminando despacio, casi dudando de lo que estaba haciendo. La amplitud del espacio se concentraba en un solo punto, al frente. Un escritorio, una lampara, y "El Negro" en su sillón. Su mirada hacia abajo, leía, o contaba algo que tenia sobre el escritorio, o tal vez no hacia nada, pero era el modo de causar una completa indiferencia hacia mi llegada. Seguí caminando despacio, y "El Negro" aun no había levantado la vista, ni siquiera me había saludado. Me dí cuenta que me temblaban las piernas. "Hace casi diez años que trabajo para él, y nunca me pasó esto", pensé. Y quizá era, justamente, debido a eso, nunca me había pasado.
- "¿Hiciste lo que te pedí? dijo El Negro sin levantar la mirada.
"¿Que le digo?", pensé. Estaba seguro que él ya sabia que no lo había conseguido. Tiene ojos y oídos por todas partes. Desde el primer trabajo que tuve para él, sentí que me seguían día y noche. Y desde ese día, esa sensación no se fue nunca, a pesar de que ya iban casi diez años y me había ganado la confianza del jefe.
Hice todo lo posible para que no me tiemble también la voz, no podía mostrar ese signo de debilidad porque sino estaba todo perdido:
- "No", dije lo mas seguro posible, sin vueltas, - "A usted no le voy a mentir, no pude, hice todo lo que tenia a mi alcance, pero fue imposible, Negro".
Recién ahora El Negro pareció prestarme atención. Apoyo las manos sobre su escritorio, sin la mas mínima expresión.
- "¿Hiciste todo lo que tenias a tu alcance? ¿Y a mi de que carajo me sirve eso?, dijo el Negro con total tranquilidad. - "Yo no te pago para que hagas lo que tengas a tu alcance, Simón"
Simón no era mi nombre, a esta altura mi verdadero nombre ya no importa, y la verdad que no lo recuerdo. ¿Cuando lo olvide? ¿Cuando deje de usarlo? Creo que lo perdí el mismo día que hice mi primer trabajo. Llegué a su oficina, la misma en que me encuentro ahora, me presentaron al Negro, y sin decir nada, él me comenzó a llamar Simón, no se de donde lo sacó, ni porqué fue ese nombre. Nunca me pregunto el verdadero y, lógicamente, yo nunca pregunte el suyo. Creo que aquí dentro nadie sabe el nombre de nadie. Después me pasaron todos mis papeles con el nuevo nombre, y el mio, con el tiempo, quedo atrás, en desuso, hasta caer en el completo olvido.
- "Yo te pago para que hagas las cosas, sino no me sirve. Y creo que no era algo complicado. Te puse trabajos mucho mas importantes, Simón, y los resolviste sin problema ni vacilación, ¿No te estarás ablandando, no?"
Si, era exactamente eso, me estaba ablandando. Hace ya un tiempo que me estaba replanteando el haber ingresado a este circulo. Se que es un circulo del cual no se puede salir, y eso es lo que me preocupa. Hay ciertas cosas que no tendría mayores problemas en hacerlas, pero hay otras que sé que ya no puedo, hay algo en mi vida que esta tratando de tirarme hacia otro lado. Un peso gigante empieza a caer sobre mis espaldas. Pero acá uno no elige que hacer y que no. Te llaman, te pasan el trabajo, y ya. No hay elecciones, no hay fallas, no hay excusas. Desde que me llamaron para este ultimo laburo, siempre supe que no podría hacerlo. La verdad que no hice todo lo que tenia a mi alcance, no pude hacer nada. Mis ultimas tres semanas me las pase pensando en un nombre que me pasaron. No se porque, pero al escucharlo, un escalofrío me subió por el cuerpo. Ese nombre yo lo conocía, no se de donde, pero alguna vez lo había escuchado. Me sonaba muy familiar. Cuando comencé a recolectar información de la persona, me di con que no había registros en ningún lado, completamente borrado del mapa. Un fantasma. Muy extraño. Desconozco por completo los problemas que el Negro tendrá con esa persona, y prefiero no saberlos. Pero como sabia que no iba a poder hacer el trabajo, desistí. Dejé de buscarlo, y me quede esperando el día en que tenia que ir a ver a mi jefe.
El Negro sabe sabe perfectamente la situación en la que estoy. Quizá, si se lo planteo, me quede alguna oportunidad... tengo el presentimiento de que, tal vez, mi fotografía ya este en las manos de otra persona, que me espera afuera, o en mi casa...
- "Negro, necesito alejarme un tiempo... hace diez años que trabajo para vos sin pedir nunca nada, sin tomarme un respiro... quizá podría viajar unas semanas para recargar energía..."
Claro que no iba a volver nunca mas, eso era evidente. Pero fue todo lo que se me ocurrió.
- "¿Alejarte un tiempo? No se que mierda te esta pasando Simón, pero a mi no me importa. Te pedí un trabajo y no lo hiciste. Eso esta mal. Ya estas metido hasta el cuello con todo esto, y sabes que no se puede salir", dijo el Negro, recostándose sobre su sillón, siempre con la misma actitud de indiferencia.
¿Hasta el cuello?, pensé. Estoy enterrado, no metido hasta el cuello. Antes de que pudiera decir nada, el Negro volvió a hablar.
- "Pero me caes bien Simón, y siempre trabajaste bien... voy a pensar que hago, quizá se pueda llegar a una excepción. Andá, ya vas a tener noticias mías. Pero no me vuelvas a fallar así". Y se volvió a acomodar haciendo lo que estaba haciendo hasta el momento de mi llegada.
Con pasos vacilantes, hacia atrás, me comencé a alejar. Al momento de dar media vuelta y encarar hacia la puerta, pude ver como el Negro tomaba su teléfono y llamaba a alguien. Baje las escalera a toda velocidad y subí a mi auto. No recuerdo todo el trayecto hasta mi departamento, mi cabeza viajaba por otros lados. Se que ese "voy a pensar que hago" era una gran mentira, tengo que rajar lo mas rápido posible. Quien entra en esto, no sale. Quizá pueda ser la excepción, debo lograr abandonar la ciudad, es donde el Negro mas fuerte es.
Subí las escaleras y abrí el 4º D. Entré. Y ahí estaba. De pie. Veía su mano alzada con una Colt 45, igual a la que uso yo, que me apuntaba directo a la cabeza. El resto de su cuerpo estaba en la sombra, en una esquina. Me quede de pie, en el lugar. No pensé que el Negro podía tener ya todo planeado de ante mano. Creo que tenia esto decidido desde el momento en que me fui a verlo esta tarde. O mucho antes, quizá.
- "Vine a hacer el laburo que vos no hiciste, Simón", me dijo el hombre. Aquella voz me resulto extrañamente familiar, lo mismo que el nombre que me habían dejado para el ultimo trabajo. Por algún extraño motivo, estaba tranquilo. Debe ser una paz previa que te invade al momento de saber que es el fin. Como el hombre no hacia nada, y se limitaba a seguir apuntándome, le dije:
- "Entonces estas confundido. No se que te habrán dicho, pero el nombre de mi trabajo esta ahí, en la mesa que tenes al lado tuyo, podes llevártelo si querés, yo sueño con él todas las noches".
El hombre se rió. La risa me fue mas familiar aun que el nombre, que su voz, y que la Colt 45. Ese fue el momento en que realmente el mundo se paralizo, el tiempo se detuvo, algo no funcionaba. Un paso adelante y la figura apareció iluminada por la tenue luz que entraba por la ventana... Mi estupor fue aun mayor, esto no podía estar pasando.
- "¿Sorprendido, Simón? ¿Encontraste a tu hombre?, le dije, apuntándole con mi Colt 45 directo a mi cabeza.
Genial Matiu... me gusta la atmosfera de policial negro... hasta quizas lo robo y lo filmo
ResponderEliminarun viaje lo que escribiste mati, me parece q Nacho termino de cerrarme una idea, la verdad no soy de los policiales, ni de la dramaturgia...creo q asi se escribe...
ResponderEliminardigamos que la Vanni q siempre habla en tercera persona es la terapeuta de la obra, siempre analizo hasta el mas minimo detalle, hasta ese punto suspensivo que no tiene suspenso...hasta ese punto aparte que no existe.
no puedo desprenderme de la cabeza un par de ideas: el drama de tu escrito me lleva a delinquir jaja, me lleva a pensar en un sicario estorsionado por su propio miedo, mas q por su propio contratista...lo encuentro en el final, cuando se descubre solo, apuntandose en la cabeza, genial la idea. totalmente esquizofrenica, totalmente desdoblada en un espejo, que se puede leer reversiblemente o se puede hacer el trabajo inverso.
como te dije, no son de mis gustos estas historias, pero la escribiste genialmente bien, y la estrategia de la bipolaridad fue genial....
aunque analizando desde los terminos terapeuticos, la bipolaridad esta de moda! jaja
ahi tenes mi comentario mati!, para q veas q siempre te critico, te leo, y te quiero!
besos bombon! :)
:) MI INERPRETACION PERSONAL, AL RESPECTO DEL TEXTO FUE DE REFLEXION PORQUE PRIMERO NO ENTENDIA LA IDEA DEL NOMBRE Y EL TRABAJO!!! LO RELACIONE CON UN BURDEL...O TRAFICO DE DROGAS...Y LA VERDAD ME CAUSO ALGO DE MIEDO EL FINAL PORQUE EL MISMO SIMON SE VE CARA A CARA CON SU LADO SINIESTRO. sin mas que aportar...o quizas si tenga otras ideas pero no hace falta plasmarla.. :) UN sLUD.
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