Bum. Suena el golpe de un tambor...
Bum bum, repite otro...
Sonido milenario, primigenio, música primordial del ser humano. Bum. Una memoria antiquísima recorre las venas, cada rincón de nuestro inconsciente. Nuestro ser comienza a entrar en trance. Bum Bum. Resuena Stonehenge hace 5000 años. Rituales, sacrificios, danzas, plegarias; al ritmo de las tambores. Bum, bum, bum. Comienzan a sonar mas fuerte. El cuerpo se libera de a poco. La cabeza, vuela. Queda suspendida en otra dimensión, aquella hacia la que fue transportada durante miles de años al ritmo de estos golpes. Bum, bum, bum. En ese punto, en esa otra dimensión, se une, se encuentra, todo el inconsciente de la humanidad. Desde aquel primer hombre que golpeo un tronco ahuecado, devorado por hormigas y termitas, al que luego, otro, taparía con algún cuero (accidentalmente quizá). Bum. Un sonido profundo, grave, que puede alcanzar kilómetros de distancia horizontalmente y conexiones impensadas verticalmente. Bum, Bum. Descubrieron algo único, algo que los acompañaría para siempre. África conquisto, así, casi cada rincón del planeta.
Bum cla cla bum... Se une un platillo al golpe grave. Lo agudo, chillón, entre los bajos milenarios. El bronce, entre los cueros. Lo nuevo, junto a lo viejo. Cla cla bum. El cuerpo se eriza por completo. Se cierran los ojos. Miles de imágenes pueden sumergir al consciente. Miles de imágenes bum bum latentes, guardadas por generaciones y bum generaciones de seres humanos. Una memoria colectiva que se viene acumulando, arrastrando, cargando desde hace 15000 años en África. Bum. Los brazos se sueltan, parecen guiados por una fuerza superior, alguna energía que vuela de los parches. Marionetas. Eso es lo que somos. Marionetas en trance. No podemos controlar nuestros movimientos. Bum. Vuela una patada. Bum. Nuestro cuerpo se sacude. Poseído. Bum cla. Brazos y piernas giran por los aires. Falta el brujo - sacerdote. Nada mas. Algún sacrificio, quizá. Algún alucinógeno, tal vez. Bum. Siguen sonando los tambores. El cuerpo parece quebrarse, y se yergue. Cae al piso. Bum. Sus pies se arrastran por el suelo, como serpientes. Bum. La misma energía lo vuelve a levantar. Lo sacude. Las rodillas rompen su eje. Tres patadas. Un brazo vuela a un lado, el otro hacia el otro. Parecen querer bum abandonar el cuerpo bum. La esencia humana se desvanece durante el trance. No somos hombres. Bum. Somos marionetas de las fuerzas cosmogonicas. Y sus latidos Bum bum bum.
El caos primordial sede de a poco. bum bum el sonido de los tambores comienza a cesar. Hasta casi desvanecerse bum cla resuena quizá un platillo, perdido por ahí. El cuerpo recupera su forma. También su esencia. El orden vuelve a reinar, se regenera. El tiempo vuelve a la normalidad, la ruptura termino. Un nuevo comienzo...
Hasta la próxima regeneración...
BUM
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