Tenia que encontrarme con una mina de la facu para que me pase unos resúmenes para rendir una materia. Habíamos quedado un viernes a las 17:30 hs. en una esquina del centro que no podía acordarme... Sabia que era Av. San Martin y una de las peatonales, pero no cual. Por ende, tenia dos opciones...
- buenas! Alberdi o Florida era??
Le mando por mensaje ante mi duda existencial. El centro, y ambas peatonales, estaban hasta las bolas de gente y pendejos. Habían arrancado las vacaciones de invierno esa semana.
- Bueno ahí! Yo estoy esperando
mi bondi, kpaz q me demore 10 min mas!
Mmm... creo que hay algo que no se entendió, pensaba mientras releía mi mensaje y volvía a leer su respuesta. A ver, te di dos opciones, una de esas dos es correcta, la otra no lo es. Consecuentemente, la respuesta no puede ser - "Bueno ahí", porque ese "ahí" esta haciendo referencia a dos lugares distintos, no solo distintos, sino que son calles que corren paralelas. Los españoles, construyendo las ciudades americanas, tuvieron la delicadeza de legarnos un orden exquisito en su trazado, matemático, casi perfecto. El cuadrado del centro de Salta esta aliñado en un eje Este - Oeste y Sur - Norte perfecto. Las mencionadas peatonales corren de sur a norte, como ya dije, paralelamente, por lo que nunca se cruzaran. Nunca. Ni en la esquina de la San Martin ni en la esquina del infinito. Es una cuestión metafísica sumamente compleja que no me quiero detener a explicar.
Antes que poner en duda las capacidades de la generosa mujer que me prestaba los resúmenes, aproveche su respuesta y su demora para, disimuladamente, volver a preguntarle donde era que nos teníamos que encontrar. "Seguro que no me entendió", me dije. Así que le escribí:
- No hay prob, todo bien,
pero no me acuerdo donde me
habias dicho que nos encontremos...
Respuesta:
- Sisi, ahí esta bien!
Evidentemente, no nos estamos entendiendo. La explicación metafisica que les acabo de pasar a ustedes no se la di, me hubiera consumido muchos mensajes, y no se si me hubiera prestado los susodichos resúmenes. Así que, tranquilamente, di unas vueltas y aplique algo de psicología: "Me voy a la esquina que nombre primero, capas que leyendo apurada solo vio esa y no se fijo que después nombre otra esquina mas". Caminando despacio, en medio del kilombo de pendejos que corrían, colas de heladerías y de conos de papas, pisando pochocolos esparcidos por el piso y un penetrante olor a garrapiñada y panchos, me dirigí a la esquina de Alberdi y Av. San Martin. Me senté en el borde de un cantero, frente a una vidriera de un negocio que tenia las mil y un pelotudeces que uno se podía imaginar. Desde corpiños hasta mazos de cartas de poker. Un hombre se sienta al lado mio a fumarse un cigarro. "Mierda" pensé, había dejado mi mochila apoyada por ahí nomas, sin darle mucha bola, y de pronto me acorde que había sacado, una horita antes, $ 1500 del cajero para hacer pagos al día siguiente. Tome mi mochila y la puse debajo de mis pies. Seguí esperando. Un policía no se cansaba de responder preguntas de los transeúntes. Sabia que no tenia que venir en hora, siempre me pasa lo mismo, puntualidad y salta no son cosas que van de la mano. Pero siempre que quedo en encontrarme con alguien mi genio me gana, y para no dejar colgado al único posible espécimen puntual de esta hermosa provincia, llego siempre en hora, incluso con diez minutos de anticipación. Así que ahi estaba, hace ya media hora esperando. Me llega un mensaje:
- Che ya estas ahi vos?
Otra vez recurrí a mi astucia para volver a tocar el tema primordial, aquel que inicio la conversación y este texto dos meses después, aquel que me tenia en vilo, sentado en un cantero, sin saber si era el lugar indicado o no, si iba a conseguir esos resúmenes o me iba a tener que hacer los míos...
- Sisi, Alberdi y San Martin, vos?
Respuesta:
- Ahh ok, toy yegando
anda para san martin y florida
Eureka! Ahora si, nos estamos empezando a entender. Creo que no era muy complicado decir eso desde el principio. No se en que punto te perdiste con mis mensajes, pero no eran muy sofisticados, no había muchas respuestas posibles. Tome mi mochila, me sumergí en la marea alta de gente y me fui a la siguiente esquina. Llegue y no la vi. Di unas vueltas buscando un posible lugar que me sirva de apoyo. No había canteros, no había bancos, las paredes ya estaban ocupadas por gente que parecía estar en la misma condición que yo... hasta que ahí lo vi. Entre todo el gentío se alzaba incólume (que buena palabra, ja!), imponente, majestuoso y solitario, sobre todo solitario, un farol. De prisa me dirigí hacia él y mi hombro se acomodo en su metálica y ondulada estructura. Me dedique a mirar la gente pasar. Que cantidad de personas raras que hay en el mundo, empezando por uno. Pa todos los gustos, no hay un ser que sea igual al otro. Que lo pario, que loco que es todo esto. El sol se iba ocultando de a poco. El farol, ademas de apoyo, paso a darme también luz.
La marea seguía subiendo...
La marea seguía subiendo...
Llegaron las vacaciones.
L
Que bueno que no fuiste hasta la esquina del infinito... Ahi esta el baldío de los misterios... dicen...
ResponderEliminarBienvenido to vacationland
gracias por la bienvenida! pero ya me despedi de vacationland el lunes... o casi.
ResponderEliminarIgualmente, creo que tengo tiempo para buscar el baldio de los misterios...