viernes, 22 de agosto de 2014

De sombras y cucarachas

Sombras te persiguen en la calle. Las mismas que hace unas noches te despertaron. Te levantas, dispuesto a acabar con ellas, pero son más rápidas, mas agiles, y ninguno de tus golpes logra ser certero. Y en medio del sueño no sos capas de encender la luz para llevar a buen puerto la batalla. Todo transcurre en total oscuridad. Ventaja clara para esos insectos. ¿Por qué? ¿Por qué mi inconsciente quiere que libre esa batalla en oscuridad, y que la pierda?

En medio de la desesperación por la frustrada cacería, te despertás. Prendes brevemente la luz para verificar que no haya ninguna cucaracha dando vueltas. Volvieron. Las mismas que habían sido vomitadas en medio de la selva amazónica años atrás. Expulsadas de las entrañas a donde pertenecen. Un túnel negro cuyo fondo se hacía más y más lejos a medida que vomitaba más y más. Y las podía ver en el fondo, luchando por salir, ahogándose en medio de ese fétido liquido negro que iba llenando el balde. El mundo daba vueltas, no había abajo o arriba, todo quedaba librado al artista. Y mientras más se caían todas las leyes y normas que gobiernan nuestro racional mundo, mas cucarachas eran vomitadas.

Finalmente, volvieron. Y a medida que salen y se propagan, comienza a aparecer una línea invisible ligando a Gregor Samsa, Harry Haller y Juan Pablo Castel. Exactamente en ese orden. Fue inevitable no acordarse de ellos dos a medida que me sumergía en los pensamientos de Juan Pablo. Infancia y juventud. Obligación y elección. Y el círculo se cierra (¿o se abre?) con la invasión de las cucarachas.


Hay que volver a vomitarlas, enfrentarlas de nuevo; no es más que enfrentarse a uno mismo.

3 comentarios:

  1. pareceria como si enfrentarlas, fuera hacerle frente a la realidad, como ir más allá de un simple desafío, si bien son una especie que causan sensaciones de rechazo, puede que ese "ENFRENTARSE A UNO MISMO" TENGA QUE VER CON ENFRENTAR TAMBIEN A LA ESPECIE de seres humanos que se manejan con estratgias de mala fe. al menos eso me causo la lectura... y da para más. SALUDOS.

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