miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ensalada de Shopping

  Es un mundo extraño este, el de los shoppings. En algunos aspectos me hacen acordar a los aeropuertos o terminales. Podes estar en cualquier lugar de estos en el mundo y hay una esencia básica que se mantiene constante, una búsqueda de homogeneidad. Mas grandes, mas chicos, una a arquitectura u otro, pero todos mantienen algo en el ambiente que los unifica. En el caso de los aeropuertos y terminales es mas característico, siempre lo pensé. Ahora lo pienso también respecto a los shoppings. Estoy sentando en uno en este momento. Cerveza en mano y en el punto mas alejado de todo posible contacto social. Si, siempre busco evitar el contacto social, aunque oarezca paradójico en un shopping. Estos acá porque estoy esperando para entrar a ver a Nemo con mi novia, nada mas. Pero es chistoso, siempre que entre a un shopping me sentí perseguido, observado, como que haya un Gran Hermano controlando todo lo que sucede aquí dentro. Ninguna duda que están mira do todo lo que hacemos, pero claro que no están mirando que hago yo en particular. Así y todo, nunca me sentí cómodo en estos lugares. Tengo la sensación que cuando uno cruza esa frontera que demarca la puerta corrediza y los pisos brillosos y encerado y las luces de los mil negocios del compre ya, uno pierde si identidad. Esta especial la cerveza, y la temperatura, aunque me arrancaron la cabeza. Es que, justamente, estaba especial para pedirse una y ponerse a escribir mientras espero. Perdida de identidad. Claro que suena medio exagerado, pero esa es la sensación que me deja. Uno entra y zas, algo pasa. Justo cuando termina la segunda rotonda de Tres Cerritos, las grande, la también llamada Plaza de los Deportes, que tiene un tanque de agua, a mano derecho yendo hacia Parque Belgrano, pueden encontrar los dos kilos de milanesas de pollo a $ 48. Lo mas loco de todo, es que hace una semana y media compramos ahi mismo los 2 kg a $ 50!! Aprovechen, son pocas cosas las que bajan de precio en este país, hasta ahora, que yo sepa, las milanesas estas y los ravioles Il Zapore. Que lugar tan extraño el shopping che. Y todos los shoppings a los que entre, de Argentina y de algún otro país en el que pude andar (que no es que sean muchos) me dejaron la misma sensación. La idea de fondo, la estética, es exactamente la misma, acá y en la China. Teléfono, mi novia, esta perdida, a 5 cuadras de acá. Así que no esta perdida, pero parece estarlo. La cerveza esta especial pero se esta calentando. Tienen que hacer como los brasileros, no hay bar en el que no te den la cerveza adentro de los cosos esos de telgopor que te la mantienen fría. Básico y elemental. Ojala lo implementen en algún lugar para el verano. Cosas de la vida, hace unos dias estábamos buscando Yapa en los kioscos de la facu (si, las pastillitas esas de la tira larga) y no había por ningún lado, pensé que ya no venían. Pago las entradas para Nemo y... que me dan de vuelto? Una Yapa, ja! Impresionante.
  En fin, los dejo con esta ensalada de frutas sin sentido. Piénsenlo, lo de las milanesas sobre todo, los ravioles no tanto porque no son taaaaan ricos. También piensen lo de los porta cervezas, esos los venden en casas de telgopor sobre la Pellegrini, yo tengo uno. Realmente funcionan y se viene el veranito.
  Que lugares extraños estos, los shoppings...

lunes, 17 de septiembre de 2012

Perfiles

  Hay un tipo de estudiante universitario muy particular. Suelen ser aquellos que, vallas el día que vallas en el horario que sea, están dando vueltas por la facu. Te los cruzas en pasillos, fotocopiadora, en las escaleras, sentado en banquitos, en todas partes; siempre están. Dentro de este tipo de estudiantes hay unos que tienen la característica de andar siempre cargando libros en la mano. 2,3, quizá 4... pero nunca menos de dos. Estos libros son siempre de la biblioteca, sin temor a equivocarme. Lo curioso es que a pesar de que lleven mochila, los libros de la biblioteca los llevan en la mano, nunca se sale de pedir el libro y se lo guarda. Nono.  
  A su vez, este tipo de estudiante tiene su paralelo con un tipo de profesor. Son aquellos que entran al aula y despliegan por todo el escritorio los libros a los cuales hará referencia a lo larga de la clase. Puede que los tome para citar algo, puede que no. Lo importante es que cada vez que nombre a alguno de ellos o su obra, la busca por el escritorio, la levanta para mostrarla, dice unas palabras al respecto, y la vuelve a dejar.
  Acabada la clase, junta todos sus libros bajo el brazo, y parte.
  Ambos perfiles son casi exclusivos, creo yo, de la Facultad de Humanidades. Desconozco que ocurre realmente en las otras facultades, pero por lo que se ve por los pasillos de la Universidad, me animo a decir que es así.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Boletita

- Documentos de la moto por favor
- Como no, acá tiene...
- Y el registro de conducir?
- Ah si, acá esta.
- Bien... el seguro? (con esta lo cague, debe haber pensado el culiado de transito que me para saliendo de una rotonda un viernes a las 8:30 de la matina yendo pa la facu)
- Como no, acá tiene (le alcanzo los recibos de los 3 últimos meses, como debe ser, para que no me hinche las bolas)
- Mmm... bueno, le voy a tener que hacer una boletita por el casco del acompañante.

  (Lareconchadetumadrehijodeunagranputa)

sábado, 1 de septiembre de 2012

Lo sagrado y lo profano

  El hombre primitivo no podía aceptar algo novedoso, lo completamente nuevo, el acontecimiento único  Todo debía ser ubicado dentro de su mundo, dentro de su cosmovisión, y esta, como las estaciones, era cíclica. Aquello que aparecía como nuevo, recién formaba parte de su mundo si era ubicado, resignificado, dentro de su concepción cíclica. Sino, quedaba fuera, era ignorado, no participaba del ser. Las cosas son, en tanto que son parte de mi cosmovisión, y como tales son hierofanias, manifestaciones divinas. Mi casa, mi pueblo, el monte en el que este se alza, son todos centros del mundo y son todos reproducciones de mi cosmovisión. Al momento de instalarme repito todos los rituales que renuevan  y reactualizan la lucha primigenia entre los dioses, entre el caos y el orden. Recién ahí puedo tomar posesión del lugar, recién ahí forma parte de mi mundo y participa del ser.
  Para el hombre moderno, para el hombre actual, no hay lugar para lo que se repite. Lo único que vale es, completamente opuesto al hombre primitivo, lo novedoso, aquello completamente nuevo y que antes, con seguridad, no existía. Mis cosas, mi casa, mi pueblo, mi territorio, ya no tienen carácter sagrado, puedo cambiarlos constantemente sin ningún problema: la novedad, lo único e irrepetible, es la norma. Y así, la norma también es lo efímero.
  Lo que antes se cambiaba cada 1 año, ahora se hace cada 6 meses... luego sera cada 3, para acabar cambiándose todos los días, a cada hora. Una enfermedad por la novedad y la renovación constante. Nada de reactualizar algo viejo, nada de ciclos, nada de sagrado. ¿Que nos quedara para cuando el cambio deba ser constante, diario, segundo a segundo? ¿Llegaremos a esa instancia, o estallara el ser humano antes? ¿Volveremos a la concepción sagrada del mundo o, al perder los fundamentos metafísicos, éste ya quedo completamente vacío?