Entre 1920 y 1921, una serie de huelgas sacudieron el territorio
nacional de Santa Cruz. El resultado final será el fusilamiento de
aproximadamente 1500 peones y obreros por el ejército bajo el mando de Varela,
enviado por Yrigoyen. Es interesante leer algunos fragmentos de los panfletos
que emitía la Sociedad Obrera de Rio Gallegos, organizada por la FORA
anarquista, y las respuestas de los representantes de la Sociedad Rural de Rio
Gallegos aparecidas en La Unión; a la luz de la lucha de clases actual.
Sociedad Obrera
“(…) sabe el público que en estos
dos o tres últimos años, los estancieros obtuvieron ganancias fabulosas; que
muchos de la pobreza fueron elevados a potentados en finanzas, y que no
obstante al obrero se le pago como sueldos irrisorios el trabajo con que le enriquecieron.
(…) Los estancieros en el transcurso de la guerra Europea centuplicaron su
capital; los comerciantes mayoristas, con menos vergüenza que asaltantes de
caminos, en el mismo espacio de tiempo tuvieron ganancias increíbles, porque
llegaron a cobrar los artículos que tenían en existencia con recargos de “quinientos
por cien”; ahora, por ley natural, toca el turno a la clase productora,
exigiendo la compensación que se merecen. Comisión de Huelga, noviembre de
1920, (Comisión de Justicia, fs. 590)
Sociedad Rural
(…) Los hechos que se vienen
sucediendo bajo el pretendido aspecto de convulsiones obreras, no son más que
individualistas y tendenciosos, revelando en toda su magnitud el espíritu de
hostilidad y prepotencia que se desea ejercer en despecho de situaciones
insostenibles.
(…) ¿No son estos, datos
sugerentes para que los obreros reflexionen y concuerden con nosotros y la opinión
sensata de la generalidad, que inconscientemente están sirviendo causas
extrañas al proletariado? (…) Por el contrario de lo que hoy pasa, deben buscar
afinidad con el capital, solventando sus cuestiones en forma pacífica, desde
que, siendo fuerzas concomitantes, en la lucha cotidiana obtendrán así mayores
beneficios.
(…) Debido a la agitación obrera
que de un tiempo se viene sintiendo si causas aparentemente justificadas, la policía
abrigaba sospechas de que confundidos entre los obreros existían elementos
perturbadores que celebraban reuniones sin conocimiento de la autoridad (…) La Unión,
21/10/1920, pág. 5
En resumen, los peones y obreros
son completamente conscientes de que estancieros y comerciantes se
enriquecieron enormemente durante la guerra, gracias a la enorme demanda de
lanas y sus altísimos precios, por sobre todo. Factor que los llevo también a
la especulación y la acumulación de stock a la espera de mejores precios aun.
Estos se vieron derrumbados finalizada la guerra y la demanda sesó. Y los que
estuvieron años enriqueciéndose y especulando con los valores de la lana, ahora quieren descargar la crisis sobre los
trabajadores, con bajísimos salarios y despidos. Los trabajadores organizados
entran en huelgas masivas, apoyadas por los peones de campo, obreros urbanos y
portuarios. Frente a los legítimos reclamos de la clase trabajadora, la
Sociedad Rural opta por el llamado a la “unión con el capital” para el “beneficio”
de ambos, al tiempo que aparece en su
relato el “elemento externo”, los perturbadores ajenos a las causas obreras que
solo quieren el caos social. Como si ellos no fueran, como pilar fundamental de
sostenimiento de este sistema, los responsables de ese caos social del cual se
desligan.
¿Por qué ese trágico final,
entonces? Como bien percibe Susana Fiorito, autora de Las huelgas de Santa Cruz, la masacre de la Patagonia no fue una “aventura
autoritaria”, ni un “trágico error”, ni un “exceso”. Los huelguistas se habían agrupado
en campamentos esparcidos por el territorio nacional de Santa Cruz, estaban
armados, tenían sus propias leyes, y discutían y votaban todo en Asambleas. La
masacre de la Patagonia fue “la manifestación objetiva de que cuando la lucha
de clases trasciende ciertos planos, las instituciones –gobierno, ejercito, policía,
justicia- trasgreden la formalidad de sus propias leyes, acudiendo a la
violencia para preservar las bases mismas del sistema”. (Susana Fiorito, Las
huelgas de Santa Cruz, CEAL, 1985)
En días en que a las luchas de
los trabajadores se les pide la “unidad nacional”; que se sigue acusando a “agentes
externos” y “perturbadores” infiltrados que solo quieren el caos social; en que
el gran capital, luego de enriquecerse durante los últimos diez años, quiere
descargar la crisis, otra vez, sobre los trabajadores; las huelgas de Santa
Cruz de 1920 y 1921 no pierden vigencia, tampoco sus reclamos.
buenas! Pasaba a dejarle un link para que envíe alguna produccion suya:
ResponderEliminar-"no necesarimente debe ser un escrito actual, son válidos desde 2009, cuando leas las bases te darás cuenta: http://www.premioitau.com.ar/cuentoescritores2014 .PREMIOS: TRES PUESTOS DE BUEN DINERO. :) SI TENES UN TIEMPITO HACÉLO...quien te dice y se da! Adios. :)
Buenas! Gracias por el dato sole!! Ya te contare si mando algo :)
Eliminar:) Genial mati...
EliminarMe colgue con la respuesta! Me fije ese mismo dia para anotarme y ya era tarde jaja.
Eliminar:(
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