Después del show de los rosas, blancos y amarillos, en ese orden de aparición llegaron hace ya un par de semanas los lilas. Color sumamente flashero, de un árbol que tiene un nombre por demás hermoso, Jacarandá. Tenia mis sospechas de que sea una palabra guaraní o de esa zona al menos, me sonaba a jaguar, a yacare... que se yo, no se si tenia algo que ver, pero así resulto ser. En cuanto el Jacaranda comienza a perder sus pétalos lilas, se viene la mejor parte de todas, porque queda un circulo en el piso, debajo de su copa, completamente teñido de lila, y en los distintos momentos del dia brilla con distintos tonos. Mas claros o mas oscuros. Ni hablar cuando se los ve después de la lluvia. Aparecen completamente lavados y limpitos, con el lila en su máxima expresión.
La acción de las hormigas son un show aparte. Hace unos días salia de la facu, y mientras sacaba el candado de la moto vi una sinuosa serpiente lila contra el cordón de la vereda que se movía. Al prestarle mayor atención vi que eran hormiguitas llevando cada una un pedasito de pétalo de lila jacarandá El efecto visual que se armaba era tremendo. No vi lo mismo que los rosablancoamarillos de los lapachos... capas que no les gusten tanto a las hormigas. O quizá simplemente no pude verlas.
Hablando de hormigas, hoy me paso algo sumamente extraño. Fui a llenar de agua unos frascos de vidrio que tengo en mi ventana con plantas acuáticas Tanto calor viene haciendo que un unos días el agua desaparece. Al terminar de llenar el segundo frasco, veo que salían corriendo por las ramitas de mi planta varias hormigas. Pero hay una que no llega a prenderse de las ramas ni del vidrio del borde. Veía que se resbalaba. En medio del agua sacudía sus patitas tratando de agarrarse de algo. Yo la veía. Pensé en darle un empujoncito con un dedo hacia el borde. Pero no me movía Seguía mirándola luchar. Casi lo logra en un momento, pero se resbalo. En medio del frasco peleaba por mantenerse a flote. Las patitas que se movían a toda velocidad, se fueron moviendo mas lentamente... Y de pronto, en un instante, flotaba la hormiguita. Ya no se movía. Me dio un escalofrío. Juro que se me puso la piel de gallina. De repente me sentí un hijo de puta por no haberla sacado del agua. Se estaba comiendo tu plantita, pensaba por un lado. Pero no dejaba de sentirme un hijo de puta. En menos de 10 o 15 segundos vi todo el sufrimiento, la lucha y la agonía de la hormiguita por tratar de salir del agua y no hice nada. Me quede un rato completamente duro mirando como flotaba la hormiguita. Por mi cabeza pasaban imágenes de la infancia cuando uno mata hormigas con una lupa un día de mucho sol, o exterminando gigantescos hormigueros con alcohol y un fósforo o simplemente me vi pisándolas inconscientemente en el caminar diario... Pero la escena que acababa de vivir me había causado algo que nunca creí que me causaría una hormiga. Fue como un volver a la mas tierna infancia y redescubrir ese lazo que nos une con la muerte en la cosita mas pequeña e insignificante de la vida.
No me lo causo ninguna de las decenas de cucarachas que mate desde que comenzo el calor. Tampoco las arañas. Ni los hormigueros que arranque de mi jardin tras las primeras lluvias. Me lo causo una pequeña hormiguita que se alimentaba de mi plantita, que murio ahogada cuando la llene de agua para darle vida a la plantita. Y yo la vi luchas por su vida, y no hice nada.
me dió tanta ternura esefinal...que no podía dejar de comentarlo!!. calido saludo don Matias.
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