lunes, 26 de octubre de 2015

Sugar Man

Documental sobre un músico de principios de los 70´ que tenía todo para ser una estrella. Seraching for the Sugar Man es el nombre del documental, el hombre se llama Sixto Rodriguez, una suerte de Bob Dylan o Nick Drake que saco dos discos y, valla uno a saber porque, no vendió nada. No vendió nada, salvo en la Sudáfrica del apartheid, donde fue un símbolo de la rebeldía contra el sistema e inspiración para muchos músicos del momento. Cientos de miles de copias vendidas. Y el tipo en los Estados Unidos nunca se enteró. En el documental se rastrea a este músico, de quien se decía que se había suicidado y del cual no se tenía absolutamente ningún dato en Sudáfrica y en prácticamente ningún lado.
Pero al margen de lo intereseante de su historia y de lo realmente buenos que son sus temas, la cuestión viene por otro lado, por ese de las “casualidades” de la vida. Termina el documental, apagamos el reproductor (pongo ese nombre porque no sé cómo se llama este nuevo aparato, nuevo para mí. Es como una memoria externa con salida directa a TV en HD y toda la gilada, entonces te bajas pelis, las cargas ahí, y tenes una enorme base de datos de películas que ves cuando queres. Ese es el aparato que apagamos. Y hablo en plural porque estaba con un amigo) y cambiamos la entrada a TV. Y en ese exacto momento aparece el subtitulo “un nuevo agente de seguridad sale a las calles de Detroit”. La película era Robocop, y no se entendería a que voy si no les cuento que Rodriguez era de… si, Detroit. Ante la mención del lugar, los dos nos dimos cuenta instantáneamente de la coincidencia.

Un rato de Robocop (la original), y tras unos vasos de fernet, partimos a un barsito sobre el río en el que tocaba una banda, que no sabíamos cuál era, ni como se llamaba, ni que genero hacía, pero sabíamos que alguien tocaba. Llegamos, 80 p la entrada, -pero por cien tienen una consumición-, -no, gracias, no quiero agrandar mi combo-. Empieza la banda. Buena banda de salsa que sonaba muy bien. Terminan el segundo tema en el cual se lucia el trombonista, y el cantante pasa a presentarlo: -En el trombón, ¡Victor Rodriguez!-. La concha de tu madre. En el buen sentido. Rodriguez vuelve a aparecer. Ya se, podríamos decir que no se llamaba Sixto, aunque rima bastante con Victor. Sigue la banda. Sigue la noche. Sigue cumbia, de la buena. Sale charla con unas minas, una venezolana y una uruguaya. Y valla uno a saber porque (ya eran como las siete de la mañana, así que no recuerdo bien) hablábamos de que antes de venir vimos un documental, de un músico de los 70´. Que prometía ser una suerte de Bob Dylan, pero no vendió absolutamente nada, salvo en la Sudáfrica del apartheid, donde fue un símbolo de la rebeldía contra el sistema e inspiración para muchos músicos del momento. Cientos de miles de copias vendidas. Y el tipo en los Estados Unidos nunca se enteró. –Ahhh, ¡el Sugar Man!- lanza la venezolana. Y así, tras ver el documental, bastante desconocido por cierto, en el transcurso de un par de horas vuelve a aparecer manifestándose de diversos modos. No sé qué hay detrás de todo esto, en el sentido más amplio en el que se puede entender el “todo esto”. Por lo pronto, ya me baje los discos, quizá Sugar Man tenga algo importante que enseñarme.

domingo, 4 de octubre de 2015

Sabado

Te levantas. Ducha. Te pasan a buscar. Suena Dylan. Feria de antigüedades. Dan un par de vueltas. Suena Creedence. Se preparan algo para almorzar. Terminan de almorzar. Puerto de frutos. Suena Marley. Un par de vueltas. Compran unos plantines. Mates en las escaleras sobre el rio. Mate con bollo en las escaleras sobre el rio. Se van. Arman un cantero y una huerta. Suena Cash. Birra. Narguile. Birra. Comida. Es tarde. Las Pelotas. Estas cansado. Peli o a dormir directo. Che me comentaron de una obrita de teatro muy piola. Abren Facebook. La obra es hoy. La obra es hoy dentro de una hora. Terminan la birra. Arman uno para el camino. Auto. Zeppelin. Autopista. Auto. Humo. Llegan. Compran tres entradas. Al tercero se lo levanto justo antes de autopista. Arranca en media. Sale submarino. Fat Freddy´s. Vuelven al Espacio Sísmico. Unos minutitos para la Era. Un metegol en el camino. Un par de goles. Sala casi llena. Arranca la Era. El Rey León. El emo. El torero. El hippie. Risas. Risas. Muchas risas. Los científicos. Más risas. Te secas las lágrimas. Mortal Kombat. Más risa-lagrima. Termina. Dato de fiesta. Auto a la fiesta. Gente que no te cabe en la entrada. 150 p la entrada. Nos vemos en el corso. Pegan la vuelta. Auto. Autopista. Calle. Se desorientan por no creerle a la gallega. Calle. Autopista. Casa. A dormir. Buenos Aires.